sábado, 12 de enero de 2013

KISS ME HARD BEFORE YOU GO. (I)

Las cosas que más duran en el tiempo comienzan siendo las más insignificantes. Aquel día yo no lo miré más que un par de minutos. A partir de ahí, me enzarcé en su mirada y tiempo más tarde me di cuenta de que las palabras hirientes también son espinas. 
Era un chico bastante común, sin nada especial. Nunca conseguiré saber por qué me fijé en él, pero lo hice. Y es el comienzo de mi historia. Sucedió un septiembre bastante común, con sabor al calor de verano todavía en el aire. Las madrugadas eran más frías y, como siempre, empezaron las clases. Yo era bastante ingenua, inocente. Aún confiaba en las personas. Repito que es una persona común y corriente, sin nada especial. Llamémosle "el otro". Sin mayúsculas, jamás las mereció aunque le hiciese competencia a cada Kai de mi vida. "el otro" no fue mi primer beso, ni mi primer novio. En realidad, nunca  pude catalogar lo que era, lo que éramos. Quizá un 'nada a medias' estaría bien, por poner algo. 


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