sábado, 30 de noviembre de 2013

Las cosas no han cambiado, he cambiado yo.

Me sorprendió ver todo lo que había pasado de un año hasta aquí. Leí todo lo que había escrito por aquel entonces y me dije: "Vaya, ¿yo he escrito esto? Ni siquiera parece mío". No sé, simplemente ya no soy la misma persona. No sé si es que esa niña murió, está perdida o solo ha crecido. Crecido, me refiero, de una manera trágica. De levantarte un día por la mañana y verlo, el haberte quedado sin la capacidad de sentir los sueños, las esperanzas. No, ni siquiera eso. De que al escuchar la puerta al cerrarse porque tu supuesto futuro y supuesto siempre y supuesto todo se ha ido para siempre, observas cómo desde hace meses no te queda nada más que esto, unas tristes palabras que salen a borbotones pero que no dicen nada. Que no pueden cambiar el rumbo de las cosas.