sábado, 17 de marzo de 2012

A veces te echo de menos aunque estés ahí mismo.


Nunca entendí su forma de ver los corazones como cristales rotos sin siquiera empezar, el miedo que tenía de querer o ser querido. Y quizá por eso se escondía detrás de una discusión en la que callábamos lo importante y decíamos lo que dolía, y quizá por eso su orgullo y el mío se repelían como imanes del mismo  polo. Y es que se le echa tanto de menos cuando me mira desde lejos y sonríe como si quisiese hacerme suya... ¿Por qué no me haces tuya de una vez, amor?

miércoles, 14 de marzo de 2012

Kai, Yma y "el otro".

Y es que aunque Kai era lo más parecido al cielo, Yma no se sentía pájaro sin "el otro". Porque "el otro" era pasado, presente y futuro. El pasado, presente y futuro de Yma. Y aunque en un principio decidió cambiar sus alas por la mirada de Kai, pronto se dio cuenta de que no veía las nubes sin "el otro". De que si se descolgaba de esa sonrisa, se descolgaba también de todo. Porque ella no podía vivir sin "el otro". Porque ella no podía sonreír, ni tampoco llorar, sin "el otro". Porque "el otro" era lo más importante que Yma había tenido nunca.

viernes, 9 de marzo de 2012

Juntos podemos.

Podemos inventar un nuevo mundo donde las únicas que bailen sean nuestras manos sobre la piel, ya sabes que nunca se me dio bien bailar. Aunque si era contigo bajo la lluvia, solo me hacia falta que estirases la mano hacia mi, que ya me atrevía.
Podemos inventar una sonrisa donde quepamos nosotros y nuestros problemas, ya sabes lo que me gusta discutir y tu orgullo incluso supera el mío.
Podemos inventar que cada día sin el otro es fácil, pero ya sabes que me muero si tus ojos no acarician mi cuerpo.

lunes, 5 de marzo de 2012

Kai, Yma.

Cada vez que Kai miraba a Yma se olvidaba de lo que estaba diciendo, se olvidaba de dónde estaba y de qué hacía allí, y en ese momento sólo le importaba perderse en esos ojos de un suave verde que le observaban tranquilos y en calma. Y cuando recuperaba el habla y ya era tarde para fingir que no se había perdido en la sonrisa de Yma, ella reía con todas sus ganas. Y entonces Kai no sabía qué hacer, y sonreía como un niño. Porque podías ser un niño siempre. Siempre, si estabas al lado de Yma.



domingo, 4 de marzo de 2012

Kai era impaciente e intranquilo; transmitía paciencia y calma.

Kai pitó a Yma, ella sonrió. La voz de él era suave; su sonrisa brillaba sin que le diese el sol y su mirada, demasiado increíble su mirada para que estuviese observándola a ella. Yma tuvo una extraña sensación,  una especie de calma, que reemplazaba los nervios de la hora anterior, en la que jamás se había encontrado; y su risa salía como la seda, como hacía mucho que no se sentía. Y pensó que, quizá, sólo quizá, Kai era lo que siempre había estado buscando. 



"Lo más bonito de Yma es su sonrisa por las mañanas". Eso decía siempre Kai. Y esperaba, tranquilo y resuelto, el porqué de la frase. Y contestaba, paciente y en calma, que el motivo principal era que, por las mañanas, cuando nadie sonríe por el malhumor delas diez y diez, ahí estaba la sonrisa de Yma para decirle a Kai que siempre quedaría algo bueno en el mundo. Siempre, si estabas al lado de Yma.