martes, 12 de junio de 2012

Querido Kai:

         Supongo que te preguntarás por qué te escribo una carta y no te llamo o mando un mensaje, pero ya sabes que no me gustan las cosas típicas. Sólo quería decirte que he llegado a la conclusión de que no eres como el resto de las personas. Quizá es por eso que no te trato como a los demás, y a lo mejor ha llegado el momento de que sepas todo lo que me has ayudado a crecer como persona y a seguir el camino correcto. Te doy las gracias por eso, por cada detalle, por cada sonrisa, por todas las veces en que te ríes de mí y por cada momento en el que me has hecho volar. Tú me has enseñado que se puede volar sola y ser más feliz que con nadie, pero no puedo olvidar que contigo todo era más fácil. Eres mi sonrisa favorita.


         Recuerdo muchas veces la primera impresión que tuve de ti, me pareciste el típico chico. ¡Cuán equivocada estaba de eso! Poco a poco me demostraste que yo era más importante para ti que las demás, y quizá eso me acobardó. Perdona todo lo que he hecho mal contigo, no te lo merecías. Estaba tan dañada por dentro que veía a toda la gente del mismo modo, tan iguales... En blanco y negro, ¿sabes? Ni un solo color.Y entonces apareciste tú... 


         Debería sentirme ultrajada por todo lo que me has sorprendido, por los líos de cabeza en los que me has metido. No te preocupes, te perdono. 
         Sé muy bien lo que estás pensando ahora mismo: "Cómo la quiero...". Y tienes pintada una sonrisa y los ojos llenos de luz. ¿He acertado? 


         P.D. : Yo también te quiero. 

Yma.