miércoles, 22 de febrero de 2012

OTRA HISTORIA DE CORAZONES PARALELOS (Y HECHOS AÑICOS).

Kai decía que Yma era como el amanecer, que cuando querías darte cuenta ya estaba ahí, calándote muy hondo. Que no hacía más que preguntas, pero nunca tenía respuestas. E Yma decía que Kai era como las puestas de sol, que no se quedaba por mucho tiempo, pero marcaba (no sólo la piel). Que no hacía preguntas, pero siempre tenía respuestas. La gente decía que ellos dos se compenetraban bien, pero Yma tenía miedo. Yma siempre tenía miedo. Quizá se comportaba como si no tuviera corazón para que Kai pensara que no tenía, porque quizá así Kai no podría destrozarlo. En cambio, él no le tenía miedo a nada. No, Kai era sencillo. Una mirada y una sonrisa de esas que parecía decir "Hola, estoy aquí para joderte la vida" y ya estaba listo para salir de noche. Por eso Yma temía a Kai, o a su mirada, o a todo su ser. Y por eso, como ya se sabe, Yma y Kai estaban hechos para estar juntos. O, más bien, para acabar destrozados por dentro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario