jueves, 20 de septiembre de 2012

Un nuevo Kai para una nueva Yma.

Y así nació todo. De donde menos te lo esperas, en el momento más inoportuno, por las personas menos adecuadas. Y una de ellas, era Yma. Y la otra era Kai, el verdadero, sólo que Yma no supo verlo en un principio. Comprobó qué tal sabían sus besos y pensó: "No está mal." Comprobó qué tal sabían sus abrazos y pensó: "No está nada mal." Comprobó cómo eran sus palabras de ánimo y pensó "No está pero que nada mal." Y ahora ya no es Yma si no esta Kai. Quizá porque era esa pieza que le faltaba, lo que llena el vacío de su interior, lo que está ahí cuando se ha ido todo. Quizá porque no era como ningún otro Kai. Porque era alguien totalmente distinto, porque era él.

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